La educación de calidad es un bien universal y un motor que aporta valor a las economías. Una educación de calidad saca a las personas de la pobreza, reduce los problemas sociales y, en general, mejora los niveles de vida y la sostenibilidad económica en todas las partes del mundo.

Desafortunadamente, el sistema educativo actual está roto. La brecha en el acceso a una educación de calidad se amplía tanto entre países ricos y pobres como dentro de ellos, entre clases sociales. Incluso para las personas privilegiadas en países desarrollados, los sistemas educativos son arcaicos, ineficientes e ineficaces.

“Poco ha cambiado en la escuela. Y no solo en Occidente. Ya sea en Horace Mann o en un barrio marginal de Mumbai, la ‘escuela’ se ve como un grupo de 20 a 30 estudiantes de la misma edad sentados en filas fijas recibiendo información estandarizada de un profesor en un aula. Cuando la gente dice que ‘odiaba la escuela’, esta suele ser la imagen grabada en sus párpados.”
“Si el consenso de la ciencia del aprendizaje pudiera resumirse en una frase, sería que ‘un profesor frente a un aula’ es una de las formas menos efectivas de enseñar cualquier cosa a los niños.”
— Class Dismissed - Colossus
https://joincolossus.com/article/joe-liemandt-class-dismissed/?utm_source=tldrnewsletter

El mundo necesita un cambio de paradigma en la forma en que las personas aprenden: estructuras en las que el proceso de aprendizaje genere un valor tangible y esté adaptado a las fortalezas de los estudiantes; acelerando así el aprendizaje y eliminando las ineficiencias.