Fondos Laicos. Impulsando la Educación. Elevando a la Sociedad.
Nuestra Misión
Explicación de la Misión
La Fundación Richard A. Busemeyer financia proyectos que reinventan las estructuras educativas para generar valor tangible a corto plazo para terceros que no son ni el estudiante ni el docente.
Al crear nuevas estructuras capaces de generar valor externo a través del propio proceso de aprendizaje, la educación deja de ser un costo y se convierte en un motor autónomo de creación de valor. Esto permite que los modelos educativos sean más efectivos, aplicables y escalables, llegando más allá del privilegio y extendiéndose a todas las comunidades.
Teoría del Cambio
Desde su fundación en 1992, la Fundación Richard A. Busemeyer Atheist (RABAF) ha apoyado iniciativas enfocadas en los derechos civiles, la lucha contra la intolerancia, la violencia doméstica y el odio. Con el tiempo, la fundación identificó que la educación es la vía más efectiva para generar impacto social sostenible.
Este descubrimiento llevó a analizar más profundamente cómo aprendemos hoy y por qué tantas innovaciones prometedoras no logran llegar a quienes más las necesitan. El análisis reveló un problema central: incluso con nuevas tecnologías e ideas creativas, la mayoría de los estudiantes no puede acceder realmente a ellas dentro de los sistemas educativos actuales.
Estos sistemas están subfinanciados, avanzan lentamente y no logran preparar a los estudiantes para las demandas de la vida y el trabajo modernos. A pesar de aumentar la inversión, los resultados no han respondido a las necesidades de las familias y comunidades, y existe poca disposición a seguir financiando estructuras que ya no cumplen su propósito.
Tras una evaluación cuidadosa, la fundación concluyó que el progreso significativo requiere un enfoque distinto, uno que no dependa de los sistemas tradicionales que han demostrado ser difíciles de transformar.
RABAF cree que el verdadero impacto ocurre cuando la educación puede operar de manera independiente y llegar directamente a los estudiantes. Por ello, la fundación invierte en estructuras educativas que generan valor y que pueden crecer por sí mismas, fuera de los sistemas tradicionales.
Estas estructuras comparten tres características: enseñan habilidades con usos claros en el mundo real, muestran mejoras medibles en los estudiantes y producen resultados que alguien valora lo suficiente como para apoyarlos.
Cuando estos elementos se unen, la educación se convierte en algo que crece por su propia capacidad y relevancia, no por su dependencia de instituciones desactualizadas.
A través de este enfoque, la fundación busca crear mejores oportunidades para los estudiantes, fortalecer el talento disponible para las empresas y promover comunidades más saludables que se beneficien del acceso a habilidades reales y participación económica real.
Cuando la educación genera valor tangible, eleva a las personas, a las comunidades y a la sociedad en su conjunto. Esta es la teoría del cambio de la fundación y el trabajo que continúa impulsando hoy.